Las emisiones de gases refrigerantes son una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que es importante que las empresas tomen medidas para reducirlas.
Las emisiones de gases refrigerantes son una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que es importante que las empresas tomen medidas para reducirlas. Algunas opciones para reducir las emisiones de gases refrigerantes en las empresas incluyen:
Las empresas pueden actualizar sus equipos de refrigeración a sistemas más eficientes y que utilicen refrigerantes de bajo impacto ambiental, como el CO2 o el propano. Estos sistemas también pueden ser más económicos en términos de energía y costos de mantenimiento a largo plazo.
Las fugas de refrigerantes son una importante fuente de emisiones. Las empresas pueden implementar programas de mantenimiento preventivo para garantizar que los equipos de refrigeración estén en buen estado y evitar fugas.
Cuando los equipos de refrigeración llegan al final de su vida útil, es importante que se retiren y se desechen de manera adecuada. También es importante recuperar y reciclar los refrigerantes de los equipos que se están desechando. Las empresas pueden trabajar con proveedores de servicios para garantizar que se realice una recuperación y reciclaje adecuado de los refrigerantes.
La capacitación del personal es clave para garantizar que los equipos de refrigeración se manejen adecuadamente y se minimicen las emisiones de refrigerantes. Las empresas pueden ofrecer capacitación para el manejo de refrigerantes y la identificación y reparación de fugas.
Algunos gases tienen más capacidad que otros para retener calor en la atmósfera. El Potencial de Efecto Invernadero (Global Warming Potential o GWP, en inglés) es un indicador que mide esa capacidad en comparación a la del dióxido de carbono (CO2).
El R-401 es una mezcla de varios gases fluorados que se comercializa bajo el nombre R-401a y es de los más usados en equipos de aire acondicionado. El GWP del R401a es 2088, es decir, liberar 1 kilogramo de este gas a la atmósfera equivale a liberar 2088 kilogramos de CO2.
Hay otros todavía peores. El GWP del HFC-23 es de 14800 y el del hexafluoruro de azufre 22800. Puedes encontrar una lista de los potenciales de efecto invernadero de los refrigerantes más comunes en esta página.
Es posible reemplazar los gases refrigerantes que son más dañinos para el medio ambiente por otros menos perjudiciales. Por ejemplo, algunos refrigerantes de la generación anterior, como el clorofluorocarbono (CFC), el hidroclorofluorocarbono (HCFC) y el hidrofluorocarbono (HFC), han sido asociados con el agotamiento de la capa de ozono y el efecto invernadero. En su lugar, se están desarrollando alternativas más ecológicas, como el dióxido de carbono (CO2), el hidrofluoroolefina (HFO) y los hidrocarburos naturales (HC).
El uso de estos refrigerantes más amigables con el medio ambiente puede ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción y el uso de gases refrigerantes. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada tipo de refrigerante tiene sus propias características y puede requerir ajustes en los equipos de refrigeración existentes o la adquisición de nuevos equipos. Por lo tanto, es recomendable que las empresas consulten a expertos en refrigeración y climatización antes de realizar cualquier cambio en sus sistemas de refrigeración.
Usando gases de menor GWP se logra reducir la Huella de Carbono de los sistemas de refrigeración. El problema es que la mayoría de los equipos no admite otro tipo de gas distinto al que trae de fábrica. Para cambiar de gas en general hay que reemplazar el equipo.
Muchos fabricantes están empezando a comercializar equipos que usan refrigerantes de bajo GWP. Otros cómo el amoníaco existen desde hace décadas, pero están restringidos a ciertas aplicaciones. Si vas a instalar nuevos equipos revisa que gas usan, su potencial de efecto invernadero y consulta si hay otras alternativas de menor GWP.
Una PyME tiene varias acciones para reducir sus emisiones de gases refrigerantes. Recomendamos empezar por las siguientes:
Realizar una evaluación de tus sistemas de refrigeración existentes para identificar cualquier oportunidad de mejora o actualización, incluyendo la identificación de los gases refrigerantes utilizados y la cantidad de fugas que pueden estar ocurriendo. Es fundamental llevar un registro de las recargas para poder actualizar el cálculo de la Huella de Carbono pero también para detectar cuando se pueden estar produciendo pérdidas. Registra:
Identificar y evaluar las alternativas de refrigerante más ecológicas que podrían ser adecuadas para tus sistemas de refrigeración. Consulta con expertos en refrigeración y climatización para obtener recomendaciones sobre los tipos de refrigerantes que podrían ser más adecuados para tus necesidades y equipos.
Planificar y presupuestar para cualquier actualización de equipos que pueda ser necesaria para hacer el cambio a refrigerantes más ecológicos. Estos cambios pueden incluir la modificación o reemplazo de equipos de refrigeración existentes o la adquisición de nuevos equipos.
Establecer un plan de mantenimiento y monitoreo regular para asegurarse de que los sistemas de refrigeración estén funcionando de manera eficiente y sin fugas.
Estos son algunos de los equipos que deberías revisar periódicamente:
Se recomienda revisarlos al menos una vez al año.
Capacitar a los empleados sobre las mejores prácticas para la gestión de refrigerantes, incluyendo la identificación y reparación de fugas, el manejo seguro y adecuado de los refrigerantes y el reciclaje y disposición adecuados de los refrigerantes al final de su vida útil.
Al tomar estas medidas, tu empresa puede comenzar a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con los gases refrigerantes y contribuir a un futuro más sostenible.
Un ejemplo de empresa que ha llevado a cabo un reemplazo de gases refrigerantes es Coca-Cola Hellenic Bottling Company (CCHBC), una de las embotelladoras de Coca-Cola más grandes del mundo. CCHBC se propuso reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y para lograrlo, se enfocaron en la transición hacia gases refrigerantes más amigables con el medio ambiente.
En el año 2014, CCHBC comenzó a utilizar refrigerantes naturales en sus instalaciones de envasado de bebidas en Europa. El refrigerante natural elegido fue el dióxido de carbono (CO2), que tiene un impacto de calentamiento global significativamente menor que los refrigerantes sintéticos como el R-22.
Además, CCHBC llevó a cabo un proyecto piloto en una de sus fábricas en Suiza para reemplazar completamente los sistemas de refrigeración existentes con sistemas que usan CO2 como refrigerante. El proyecto se completó con éxito y se logró una reducción significativa en las emisiones de gases de efecto invernadero.
CCHBC ha compartido su experiencia y conocimiento en la transición a refrigerantes naturales a través de la Iniciativa de Refrigeración Natural de Coca-Cola, que tiene como objetivo reducir el impacto ambiental de los sistemas de refrigeración en todo el mundo.